A medida que avanza la OPA de MásMóvil sobre Euskaltel, las voces críticas de los sindicatos se dejan oír cada vez más y a sus reparos por la operación, esta semana se suma su descontento por el reparto de 26,7 millones de euros entre el equipo directivo y algunos empleados del grupo, algo que los sindicatos han calificado como “éticamente reprochable”.
Mientras, el consejo valora positivamente que se mantenga la marca y sede de la compañía, así como las intenciones de mantener el empleo, algo que, sin embargo, la Representación Legal de los Trabajadores pone en duda.
La operación ya cuenta con el visto bueno del Gobierno, la CNMC y la CNMV, y está pendiente de la aceptación de los accionistas, que tienen hasta el 30 de julio para pronunciarse.