Los miembros del G7 han acordado que las tecnológicas paguen impuestos en los países donde generen negocio. Esto pone punto y final a la práctica de grandes empresas de este sector que hasta ahora han aprovechado la falta de una regulación al respecto y únicamente han estado tributando en los países donde tienen sus sedes o las de sus filiales.
El acuerdo suscrito por Alemania, Canadá, los Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido establece que estas empresas deberán pagar al menos un 15% de impuestos de sociedades en cada país donde tengan negocio y un 20%, cuando el margen de beneficio empresarial supere el 10% en el país.
Los países del G7 se muestran satisfechos con el acuerdo, aunque a los países europeos apostaban por un tributo del 21%, aunque ante la posibilidad de que Estados Unidos se negará a aceptar este porcentaje (de hecho este país ha sido el principal escollo en los últimos años para tirar adelante una decisión como la tomada este fin de semana) han decidido dar por bueno el 15% propuesto por el gobierno de Biden.